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Muchos roles, muchos pilares

La capacidad del ser humano para resumir y ordenar mentalmente de manera simple para poder sobrevivir entre multitud de información, en ocasiones nos hace caer en prejuicios y estereotipos.

Así hay psicólogas que cantan y maestros que pintan, trabajadoras sociales que cocinan y monitores que fotografían, enfermeros que hacen bricolaje y arquitectos que llevan ONG´S. 

En ocasiones nuestras facetas no conocidas suponen una sorpresa para nuestro interlocutor.  Así todos somos a la vez hijos, primos, vecinos, pacientes y ayudadores, fotógrafos o pintores, escritores o cocinillas,... múltiples son nuestras capacidades y desarrollos personales. 

En ocasiones, muchas personas que se encuentran en pleno proceso de recuperación, cuando acuden de manera intensiva a algún tipo de tratamiento temen la pregunta "¿y tú que haces ahora?", puesto que la sociedad a resumido a una actividad remunerada y laboral el HACER, pero todos hacemos o podemos hacer mucho. Cualquier persona podría describir una larga lista de tareas y facetas de ese  HACER DEL AQUÍ Y EL AHORA.

Es importante que todos, en cada una de nuestras relaciones y redes no menospreciemos ninguna tarea, ningún rol, puesto que todos y cada uno de ellos sostienen y mantienen lo que realmente soy.



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Hola, vengo a contaros mi historia porque creo que es fundamental en los tiempos que corren que se sepa y se sea consciente que hay númerosos casos, duros y reales sobre problemas de salud mental y se tienen que saber y se tiene que poder hablar de ello, ya basta el estigmatizar algo que es normal en los días en los que vivimos en los que vivimos estresados, con prisas a todos sitios y a veces no cabe lugar la calma...    Esta es mi historia:   - Con 17 años empecé con depresión por los estudios, fue un año duro de tener que dejar los estudios a un lado parcialmente para poder sanar y luego retomarlo... Pero lo conseguí, con ayuda de especialistas tanto psicólogos como psiquiatras salí adelante.    - Con 17 para 18 años pasé el año más duro de mi vida, en el que ni yo misma sábia qué me pasaba y tenía la mente en blanco, la cara completamente apática...    Mi deseo de cumpleaños al soplar las velas fue irme a otro sitio mejor... No sabéis cuanto dolió y aún a veces sigue doliendo al ha