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Hospitalidad, superación y empoderamiento.

Adela Cortina, la magnífica filósofa española, lo tiene muy claro y hoy queremos traeros un cachito de su obra:

«Todo el mundo tiene algo que dar, pero hay que agudizar la sensibilidad». De ahí que abogue por hacer una «ética de la razón cordial». «No tenemos sociedades compasivas, que es algo más que la empatía, el ponerse en el lugar del otro, sino que supone que el sufrimiento sea superado».

Esta semana nos hemos reunido por videoconferencia trabajando conjuntamente usuarios y profesionales de ambas redes públicas construyendo estrategias para la difusión del modelo de recuperación de forma horizontal. 

También la Comisión Permanente ha discutido y construido. El voluntariado desde los usuarios para la comunidad ha sido una realidad y estamos construyendo proyectos preciosos para las próximas semanas, porque la sensibilidad y el arte suman y multiplican emociones positivas. 

Hemos acompañado a FEAFES en sus Jornadas Deportivas de Salud Mental, visibilizando la realidad de las personas con un problema de salud mental y demostrando capacidades, buen humor y disfrute, mucho disfrute, mucho bueno que se contagia.

La superación, el tesón, el compañerismo, el esfuerzo, no tener techos y conquistar el cielo, esto ha sido esta semana que acaba. 

Queríamos añadir esto en nuestra particular  jornada de reflexión. 


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Frase de la semana - FRATERNIDAD

UN RELATO "EN PRIMERA PERSONA". UNA HISTORIA REAL

Hola, vengo a contaros mi historia porque creo que es fundamental en los tiempos que corren que se sepa y se sea consciente que hay númerosos casos, duros y reales sobre problemas de salud mental y se tienen que saber y se tiene que poder hablar de ello, ya basta el estigmatizar algo que es normal en los días en los que vivimos en los que vivimos estresados, con prisas a todos sitios y a veces no cabe lugar la calma...    Esta es mi historia:   - Con 17 años empecé con depresión por los estudios, fue un año duro de tener que dejar los estudios a un lado parcialmente para poder sanar y luego retomarlo... Pero lo conseguí, con ayuda de especialistas tanto psicólogos como psiquiatras salí adelante.    - Con 17 para 18 años pasé el año más duro de mi vida, en el que ni yo misma sábia qué me pasaba y tenía la mente en blanco, la cara completamente apática...    Mi deseo de cumpleaños al soplar las velas fue irme a otro sitio mejor... No sabéis cuanto dolió y aún a veces sigue doliendo al ha